miércoles, 21 de marzo de 2007

La máquina del tiempo (parte II)

Para dar comienzo a esta segunda parte del informe, debo aclarar primero que el viaje en el tiempo “hacia el futuro” ya es algo corriente. Las teorías especial y general de Albert Einstein, mostraron que muy altas velocidades o una intensificación de la gravedad pueden curvar el espacio/tiempo. Cuanto mayor es la velocidad o mas intensa la gravedad, mayor es la curvatura del tiempo. Este fenómeno se conoce con el nombre de dilatación. Ahora bien, el lector seguramente esperará algún tipo de explicación mas detallada sobre este fenómeno. Una manera simple es a través del siguiente ejemplo. Suponga que un tren se está moviendo con velocidad “v” constante a lo largo de una vía. Dentro de uno de los vagones, una persona coloca una linterna en el piso y la enciende. La luz de la linterna viaja desde el foco hasta el techo del vagón recorriendo una distancia “s” en un tiempo “t”. Como se sabe la luz tiene velocidad constante “c” igual a 300000 km/s. Gráficamente sería algo así:

Vemos que la distancia “s” la podemos calcular fácilmente haciendo:

s = c . t

Ahora bien, supongamos ahora que el individuo se encuentra fuera del vagón, el cual sigue viajando a la misma velocidad y nuevamente se enciende la misma linterna. El observador vería que la luz ya no sigue una trayectoria recta hacia el techo, sino una trayectoria diagonal en la dirección del movimiento del tren. (No se asuste, esto es simplemente relatividad, no es magia). Esto se debe a que el SISTEMA DE REFERENCIA HA CAMBIADO. El individuo ya no se encuentra más dentro del vagón, está fuera de él. Gráficamente:

Ahora bien, la luz recorre ahora una distancia s’, y como se sabe la velocidad de la luz es constante independientemente el sistema de referencia utilizado, por lo que ahora el suceso ocurrirá durante un tiempo t’, es decir la luz tarda un tiempo t’ en ir hacia el techo. En consecuencia:

s’ = c . t’

Vemos que existe una diferencia entre los dos caminos igual a “d”. Podemos escribir a d como:

d = v . t’

Vemos que se ha formado un triángulo rectángulo, por lo que es posible aplicar el teorema de Pitágoras y comenzar a reemplazar con las expresiones antes obtenidas:


Esta última expresión demuestra la “dilatación del tiempo”, a simple vista vea que ¡t’ y t no son iguales!. Difieren en una cantidad conocida como contracción de Lorentz, que es igual al segundo factor del producto de la ecuación recuadrada (el factor "raíz").
Viendo la última expresión vemos muy sencillamente que cuanto mas grande sea “v” mas lento pasa el tiempo “t”, para un mismo tiempo t’, es decir, cuanto más rápido vaya el vagón, mas lento pasa el tiempo para el individuo si se encuentra dentro de él.
Es probable que no haya entendido la totalidad del desarrollo expuesto de manera muy simple aquí, no se preocupe, es más común de lo que usted cree. Nuestra mente puede y sentido común pueden ofrecer una dura resistencia al entrar en terrenos relativistas.
Entonces, volviendo a lo antes dicho al comienzo de esta segunda parte del informe acerca de que el viaje hacia el futuro es algo corriente, ¡vemos que esto es “asi”!. Una manera de comprobarlo sería colocar un reloj en un satélite que esté orbitando alrededor de la tierra, el cual se mueve a una velocidad de 5 km/s. ¡El reloj en el satélite atrasaría en relación al reloj con el que se despierta usted todos los días!. Entonces, usted lector, ha viajado hacia el futuro, relativamente en relación a ese reloj dentro del satélite.
Doy por culminada esta segunda parte del informe…



lunes, 12 de marzo de 2007

La máquina del tiempo (parte I)

Quien no se ha preguntado alguna vez acerca de la posibilidad de viajar a través del tiempo (definido formalmente como la magnitud que permite parametrizar el cambio y ordenar los sucesos en secuencias, estableciendo un pasado, un presente y un futuro). Posiblemente, la mayoría de las personas han considerado dicha posibilidad en algún momento de sus vidas, tal vez por simple imaginación, alguna película, un libro, etc. Muchas de estas personas son científicos y filósofos, buscadores de las respuestas que se plantea el ser humano. La posibilidad o no de viajar a través del tiempo ha dado origen a dos grandes corrientes. Habiendo afirmado esto, usted lector supondrá de manera correcta que esas dos corrientes están formadas simplemente por aquellos que apoyan dicha posibilidad y por aquellos otros que la refutan. Intentaré sintetizar de la forma más clara posible dichas posiciones: Aquellos que respaldan la posibilidad de convertirnos en viajeros “temporales” sustentan que físicamente es posible, aunque en la actualidad la tecnología no se encuentra desarrollada lo suficiente como para encarar algún proyecto de fabricación de la tan soñada máquina del tiempo. Uno de los principales defensores de esta corriente es Paul Davies (físico británico centrado en el estudio de la cosmología, astrobiología y teoría cuántica de los campos). Por el otro lado encontramos aquellos que consideran la imposibilidad de viajar a través del tiempo. Uno de los mayores exponentes de esta última corriente es Stephen Hawking (el famoso físico, casi minusválido que se desplaza en silla de ruedas y habla a través de asistencia computarizada) quien desarrolló la conocida “Conjetura sobre la protección cronológica”.
En la actualidad no existe ninguna prueba matemática que elimine la posibilidad de que una persona que viaje a través del tiempo modifique su pasado. Sin embargo al considerar esta posibilidad, nos encontramos con ciertas paradojas (declaraciones en apariencia verdaderas que conllevan a una auto-contradicción lógica o a una situación que contradice el sentido común). En una de ellas un joven retrocede en el tiempo y mata a su abuela que se encuentra en la cuna. A simple vista parecería algo posible si se llegase a poder construir una máquina del tiempo. Sin embargo, no por nada se la conoce como una paradoja. Si uno analiza detenidamente la misma, verá que se viola el principio de causalidad física (toda causa debe preceder a su efecto, y una misma causa tiene un mismo efecto) ya que si el individuo existe (efecto) significa que la abuela llegó a tener un hijo o una hija, que serían respectivamente el padre o la madre del joven (causa). Sin embargo, si el pudiera matar a su abuela retrocediendo en el tiempo, implicaría que su abuela jamás llegará a concebir a su posible padre o madre, con lo cual el simplemente no existiría. Posiblemente usted se encuentre en este momento meditando (si comprendió realmente la paradoja). Hay muchas cosas en el universo que aún no comprendemos.
Aquí doy por concluida la primer parte de este “informe”, que pretendo lo atrape y lo lleve a reflexionar.

domingo, 11 de marzo de 2007

El Cuervo - Edgard Allan Poe

Pocas personas tal vez conozcan esta composición de Alla Poe. El motivo por la cual la coloco en mi primera "publicación" propiamente dicha en el blog, es que transmite una inmensidad de mensajes, algunos tal vez solo se observen con una simple lectura, pero una lectura profunda y reflexiva les hará descubrir muchas cosas más...
"Una vez, en una taciturna media noche,
mientras meditaba débil y fatigado,
sobre un curioso y extraño volumen
de sabiduría antigua,
mientras cabeceaba, soñoliento,
de repente algo sonó,
como el rumor de alguien llamando
suavemente a la puerta de mi habitación.
>> Es alguien que viene a visitarme - murmuré
y llama a la puerta de mi habitación.
Sólo eso, nada más. <<>> Será un visitante que quiere entrar
y llama a la puerta de mi habitación.
Algún visitante retrasado que quiere entrar
y llama a la puerta de mi habitación.
Eso debe ser, y nada más <<. De repente, mi alma, se revistió de fuerza; y sin dudar más dije: >> Señor, o señora,
les pido en verdad perdón;
pero lo cierto es que me adormecí y
habéis llamado tan suavemente
y tan débilmente habéis llamado
a la puerta de mi habitación
que no estaba seguro de haberos oído <<. Abrí la puerta. Oscuridad y nada más. Mirando a través de la sombra, estuve mucho rato maravillado, extrañado dudando, soñando más sueños que ningún mortal se habría atrevido a soñar, pero el silencio se rompió y la quietud no hizo ninguna señal, y la única palabra allí hablada fue la palabra dicha en un susurro >>¡Leonor!<<. Esto dije susurrando, y el eco respondió en un murmullo la palabra >>¡Leonor!<<. Simplemente esto y nada más. Al entrar de nuevo en mi habitación, toda mi alma abrasándose, muy pronto de nuevo, oí una llamada más fuerte que antes. >> Seguramente -dije-, seguramente es
alguien en la persiana de mi ventana.
Déjame ver, entonces, lo que es,
y resolver este misterio;
que mi corazón se calme un momento
y averigüe este misterio.
¡ Es el viento y nada más.<<>> Aunque tu cresta sea lisa y rasa
-le dije-, tú no eres un cobarde <<. Un torvo espectral y antiguo cuervo, que errando llegas de la orilla de la noche. Dime: >> ¿Cual es tu nombre señorial
en las orillas plutónicas de la noche?
El cuervo dijo: >> Nunca más <<. Me maravillé al escuchar aquel desgarbado volátil expresarse tan claramente, aunque su respuesta tuviera poco sentido y poca oportunidad; porque hay que reconocer que ningún humano o viviente nunca se hubiera preciado de ver un pájaro encima de la puerta de su habitación. Con un nombre como >> Nunca más <<. Pero el cuervo, sentado en solitario en el plácido busto, sólo dijo con aquellas palabras, como si con ellas desparramara su alma. No dijo entonces nada más, no movió entonces ni una sola pluma. Hasta que yo murmuré: >> Otros amigos
han volado ya antes <<. En la madrugada me abandonará, como antes mis esperanzas han volado. Entonces el pájaro dijo: >> Nunca más <<. Estremecido por la calma, rota por una réplica tan bien dada, dije: >> Sin duda <<. Esto que ha dicho es todo su fondo y su bagaje, tomado de cualquier infeliz maestro al que el impío desastre siguió rápido y siguió más rápido hasta que sus acciones fueron un refrán único. Hasta que los cánticos fúnebres de su esperanza, llevaran la melancólica carga de >> Nunca - nunca más <<. Pero el cuervo, induciendo todavía mi ilusión a sonreír, me impulsó a empujar de súbito una silla de cojines delante del pájaro, del busto y la puerta; entonces, sumergido en el terciopelo, empecé yo mismo a encadenar ilusión tras ilusión, pensando en lo que aquel siniestro pájaro de antaño quería decir al gemir >> Nunca más <<. Me senté, ocupado en averiguarlo, pero sin pronunciar una sílaba frente al ave cuyos fieros ojos, ahora, quemaban lo más profundo de mi pecho; esto y más conjeturaba, sentado con la cabeza reclinada cómodamente. Tendido en los cojines de terciopelo que reflejaban la luz de la lámpara. Pero en cuyo terciopelo violeta, reflejando la luz de la lámpara, ella no se sentará ¡ ah, nunca más! Entonces, creo, el aire se volvió más denso, perfumado por un invisible incienso brindado por serafines cuyas pisadas sonaban en el alfombrado. >> Miserable -grité-. Tu dios te ha permitido,
a través de estos ángeles te ha dado un descanso.
Descanso y olvido de las memorias de Leonor.
Bebe, oh bebe este buen filtro,
y olvida esa Leonor perdida.
El cuervo dijo: >> Nunca más <<. >> Profeta -dije- ser maligno,
pájaro o demonio, siempre profeta,
si el tentador te ha enviado,
o la tempestad te ha empujado hacia estas costas,
desolado, aunque intrépido,
hacia esta desierta tierra encantada,
hacia esta casa tan frecuentada
por el honor. Dime la verdad, te lo imploro.
¿ Hay, hay bálsamo en Galad? ¡Dime,
dime, te lo ruego ! <<. El cuervo dijo: >> Nunca más <<. >> Profeta -dije-, ser maligno,
pájaro o demonio, siempre profeta,
por ese cielo que se cierne sobre nosotros,
por ese dios que ambos adoramos,
dile a esta pobre alma cargada
de angustia, si en el lejano Edén
podré abrazar a una joven santificada
a quien los ángeles llaman Leonor,
abrazar a una preciosa y radiante
doncella a quien los ángeles llaman Leonor <<. El cuervo dijo: >> Nunca más <<. >> Que esta palabra sea la señal de nuestra separación,
pájaro o demonio - grité
incorporándome.
¡ Vuelve a la tempestad
y la ribera plutoniana de la noche!
No dejes ni una pluma negra como prenda
de la mentira que ha dicho tu alma.
¡ Deja intacta mi soledad!
¡ Aparta tu busto de mi puerta!
¡ Aparta tu pico de mi corazón,
aleja tu forma de mi puerta! <<. El cuervo dijo: >> Nunca más <<. Y el cuervo sin revolotear, todavía posado, todavía posado, en el pálido busto de Palas encima de la puerta de mi habitación, sus ojos teniendo todo el parecido del demonio en que está soñando, y la luz de la lámpara que le cae encima, proyecta en el suelo su sombra. Y mi alma, de la sombra que yace flotando en el suelo no se levantará... ¡ Nunca más !".

sábado, 10 de marzo de 2007

El comienzo

Este es el comienzo de mi blog, titulado "Gradient of Time". Seguramente el nombre apunta a los futuros contenidos que publicaré... Muchas personas, sobre todo algunos escritores, consideran que el comienzo de un libro es la clave de sú éxito. Es más, muchas veces pueden tardar meses en comenzar, impedidos solo por el hecho de que no encuentran una o varias palabras de comienzo que les permitan introducirse en la empresa de la escritura. Sin embargo, disciento con ello, es por ello que en esta introducción a mi Blog me he remitido a escribir lo que en este momento siento al emprender este "proyecto", más que escribir (tal vez) lo que me dicta mi mente previsora. Espero que sea del agrado del lector todo aquello que publique con el transcurrir del tiempo (independientemente de lo signifique para usted esa palabra). Sin más que decir, y con el objetivo de no extender algo que no debería ser extenso por su propia naturaleza, me despido, aunque solo por ahora.